viernes, marzo 13, 2015

FIB 2015, una puerta en el tiempo


Es curioso. Hace una semana casi nos faltaba recuperar las coplas de Jorge Manrique en un momento de nostalgia en el que échabamos la vista atrás y nos dábamos cuenta del paso del tiempo a tenor de los nuevos lanzamientos de Blur y Noel Gallagher. Hoy, en el diario El Mundo se hacían eco de la confirmación de Blur como cabezas de cartel de la nueva edición del FIB con este titular: Blur al FIB: Volvemos a ser jóvenes.

El Festival Internacional de Benicàssim ha anunciado hoy nuevas incorporaciones al cartel de su vigésimo primera edición entre las que destacan la banda liderada por Damon Albarn. Como ya avanzábamos la semana pasada, Blur publica este año su primer álbum con la formación original en 16 años y vendrán a presentarlos a las faldas del Desierto de las Palmas en el que será su único concierto en España.

Blur estará encabezando un cartel que bien podría ser como un viaje en el tiempo a nuestros años mozos (me refiero a los de los abajo firmantes): Los Planetas, Portishead, The Prodigy, Noel Gallagher (aunque no venga con el resto de Oasis), Public Enemy... Es como si nuestro ataque de nostalgia hubiera invadido las oficinas del FIB. Solo nos faltarían Suede y Chemical Brothers.

Aunque junto a ellos hay nombres más recientes, como Kaiser Chiefs (que ya van siendo veteranos) o FFS (la unión de Franz Ferdinand con Sparks), Crystal Fighters (que tienen completamente enloquecidos a los adolescentes del momento) o la sorpresa nacional que deslumbra más allá de nuestras fronteras y se mereció hasta un artículo del NME, las chicas de Hinds.

¿Veremos en forma a la vieja guardia para mantener su status o serán capaces los jóvenes de presentar sus credenciales para sucederles en el trono?

miércoles, marzo 04, 2015

Añoranzas del brit pop

(c) Vanity Fair

Los años no pasan en balde, eso está claro. Hace ya unos cuantos desde que apagamos los micros de La Hora de Xavi y Pac y que abandonamos la cita periódica con este blog, excusados en las obligaciones laborales/familiares que nos restaban tiempo. Hoy volvemos a él, aunque sin saber si este escrito sobre los recuerdos de juventud tendrá continuidad con otros o volverá a caer en el abandono.

Como decía al inicio, los años no pasan en balde y nos hacemos mayores. Lo noto en lo difícil que me resulta encontrar algo realmente atractivo entre la mayoría de las nuevas bandas, nacionales o internacionales, que van apareciendo. La inmensa mayoría me parecen insulsas, aburridas, repetitivas… 

Hace unos días conocíamos la noticia del lanzamiento, tras 16 años, de un nuevo disco de Blur con su formación original. The Magic Whip saldrá publicado el 28 de abril con 12 canciones nuevas de las cuales la titulada Go out será el single adelanto. La primera escucha me traslada al pasado, a la recién estrenada veintena, a la universidad… Esta canción podría haber formado parte de aquel "13" 16 años atrás. Y este sonido, que podría haberse quedado algo rancio, me gusta. ¿Me gusta el tema o me gustan mis 20?

Este 2 de marzo se ha lanzado el nuevo disco de Noel Gallagher y sus High Flying Birds. Vamos conociendo singles desde noviembre cuando se publicó el primer adelanto, In the heat of the moment, y al escucharlo no puedo evitar de nuevo retrotraerme a finales de los 90 y acordarme de Oasis. Incluso la cara B, Do the damage, me recuerda a las que nos solían tener acostumbrados los mancunianos (muchas de sus b-sides siempre me parecieron de gran calidad, incluso mejores que algunos de los temas que finalmente entraban en los discos). Pero en este caso ha sido una de cal y otra de arena. Ballad of the Mighty I, en la que colabora Johnny Marr y que fue otro de los adelantos, me aburre soberanamente. Quizás sea porque se sale más del sonido que estoy esperando de Noel Gallagher, quizás porque no trae recuerdos de hace 15 años... La cuestión es que no me encaja y me resulta anodina. La base rítmica invariable durante todo el tema me invita constantemente a darle al botón de stop y me eclipsa el resto de la canción. Me ha parecido un bluf completo. Aún no he tenido ocasión de escuchar el resto del disco, veremos qué nos encontramos.

¿Me voy haciendo mayor? Habrá que aceptarlo.








sábado, febrero 16, 2013

Searching for Sugar Man

Entre los nominados a los Oscar este 2013 se esconde una auténtica joya.

La historia que cuenta es la siguiente: un músico, curtido en la escena del Detroit de los años 70, publica dos discos que a pesar del talento que desprenden no compra prácticamente nadie.

Tras ser despedido por la compañía, se retira para llevar una vida anónima.

Fin de la historia... o no.

Porque años después, sus canciones llegan hasta Sudáfrica donde se convierten en banda sonora del movimiento anti-apartheid. Allí vende miles de discos y es elevado a la misma categoría de Bob Dylan o los Beatles sin que nadie tenga ningún dato del misterioso músico que se esconde detrás de esos álbumes.

Lo mejor es acudir totalmente inmaculado al visionado del mismo, pero por si alguien quiere echarle un vistazo previo, aquí está el trailer.

Imposible tras verlo no quedar prendado por la figura y la música de Sixto Rodríguez.





Eterno agradecimiento a su director, Malik Bendjelloul, por haber descubierto al mundo esta maravilla de canciones.

miércoles, julio 25, 2012

Impossible Germany

Dos noches con sendos "sold out" para Wilco en Prospect Park de Brooklyn.

Disfrutado por los afortunados poseedores de entrada. Y también por los que lo han vivido desde fuera del recinto, donde el sonido se percibía nítidamente.

"Hummingbird" sonaba así de cristalina.


Y pronto llegaría esa joya que es "Impossible Germany",



Pocas veces unas guitarras alcanzan este nivel de inspiración y perfección.

Sublime.

martes, julio 17, 2012

El muelle "on fire"

Esta vez, más que metáfora sobre la intensidad de las actuaciones vividas en menos de 24 horas en el Pier 17 de Manhattan, el "on fire" se puede tomar por lo literal. Porque hubo llamas, humo, bomberos... y sí, también música en directo. Pero antes de llegar a la parte movida del fin de semana toca empezar por la víspera, mucho más apacible.

Dentro del festival River to River el programa tenía como como gran atractivo ver por primera vez a Eleanor Friedberg, la parte femenina del dúo de hermanos (desaparecidos por el momento) The Fiery Furnaces

Una actuación que estuvo precedida por los teloneros Ex Cops, formación de Brooklyn con gusto por las armonías de pop retro (como la imagen de su solista femenina, a lo musa francesa de los 70) y cierto recuerdo a Luna. Así suenan en directo con el tema "Spring break (Birthday song)".


Para despedirse eligieron la canción con más gancho de su producción hasta la fecha. Pocos minutos después se subía al mismo escenario Eleanor Friedberg. En 2011 publicó su recomendable debut y fue precisamente la primera canción del disco, "My mistakes", la elegida para abrir el set.

Friedberg, quien hace tiempo se trasladó de su Illinois natal al norteño barrio de Greenpoint en Brooklyn, se presentó con una banda en la que la única nativa neoyorquina era una jovencísima guitarrista que asombró con un sobresaliente dominio de su instrumento y unos solos imperiales. La formación incluía también un saxofonista que aportaba necesarios matices a las canciones (y confirma de paso que el saxo vuelve después de años de destierro por los excesos cometidos en los 80).


El cierre llegó con otro gran tema del álbum, "I won't fall apart on you tonight".


Empezaba a caer la noche y también algunas gotas de lluvia, que no empañaron los agradables minutos brindados por una artista que merece un reconocimiento mucho mayor del que goza.

Festival 4Knots

La veterana publicación semanal "The Village Voice" había organizado al día siguiente en el mismo escenario un veraniego cartel con bandas en su mayoría emergentes pero también con algún nombre que es poco dado ya a dejarse ver en un festival gratuito de este tipo.

El recinto presentaba un aspecto mucho más concurrido que la noche anterior cuando poco antes de las cuatro de la tarde estaban sobre el escenario Hospitality. También de Brooklyn, su primer disco desprende algunas de las tonadas más frescas en lo que va de año, como el "Friends of friends" que, lástima, nos perdimos en directo.

Y no fue lo único que se quedó en el tintero, ya que al poco tuvieron que parar por un motivo aún incierto en ese momento. Fueron 15 minutos sin ninguna explicación por parte de la organización. Las únicas referencias sobre el parón eran el humo saliendo del centro comercial anexo, la llegada incesante de camiones de bomberos y desalojos de algunas zonas próximas. 
Algo pasaba pero afortunadamente no tenía pinta de que fuera a mayores hasta que, por fin, el concierto se reanudó con el primer mensaje de que se estaba intentando verificar que todo era apto para seguir con la jornada.


Y eso fue lo último que veríamos de Hospitality. Después llegó una nueva espera y la incertidumbre de si se seguiría adelante con el festival. 

El suspense se despejó con las nuevas palabras de la organización. El portavoz confirmaba que la música seguía y agradecía las labores de la policía y los bomberos en la extinción del fuego que había afectado a una parte del muelle. 


El festival se reanudó con Crocodiles. Vecinos de San Diego (California), tienen muy estudiado el sonido de bandas como The Jesus and Mary Chain. Intensos al principio, se fueron diluyendo con el tiempo y unas canciones demasiado lineales.

Casi fue más divertido ver cómo este fotógrafo se las ingeniaba para sacar instantáneas con perspectivas  poco habituales gracias a a colaboración del público.


Así que el devenir de la tarde quedaba en manos de la esperada actuación siguiente. Con un retraso de una hora sobre el horario previsto debido al incidente previo salieron a escena The Drums, seguramente una de las bandas más pinchadas en ambientes indies en lo que va de nueva década. Era el primer concierto que daban en bastante tiempo así que se mostraron relajados y de muy buen humor. Su vocalista, Jonathan Pierce (que lucía camiseta turística de Nueva York para la ocasión), contó el origen de varias canciones y dedicó una de ellas a otra banda que acaba de cesar su actividad, los californianos Girls.

Cayeron más temas de su segundo disco, "Portamento", como "Days" o el primer single "Money", aquí en la recta final de su interpretación. 


Del primer y homónimo álbum destacaron "Best friend" (presentada como una canción triste pero feliz al mismo tiempo sobre un amigo fallecido) y, sobre todo, la más esperada, el cierre con "Let's go surfing" (con referencia presidencial cambiando parte de la letra: "Obama, he´s gonna make it all better").


Su caso es el de esas bandas que generan opiniones extremas, avivadas por la pose un tanto artificial y algo de altivez que sugieren sus componentes. No son los nuevos salvadores del pop independiente pero por lo visto este día saben cumplir y divertir con sus canciones. Y ya es algo.

Tras ellos, turno para los veteranos Archers of Loaf que después de estar embarcados en diferentes proyectos (su cantante Erich Bachmann lo es también de Crooked Fingers) volvieron a juntarse en 2011 y a retomar las giras internacionales (sin ir más lejos fueron parte del último cartel del Primavera Sound de Barcelona).

Su directo confirmó un nuevo hecho en el cíclico calendario de recuperación de estilos anteriores: el noise rock de los 90 vuelve a la palestra. Enhorabuena a los premiados.

viernes, julio 13, 2012

Blues brothers (and sister)

Lo apretado del calendario de conciertos estos días deparó en la misma jornada un doble programa para los aficionados al rythm and blues más abiertos de mente. Para empezar, cita a mediodía en el corazón financiero de Brooklyn (en la plaza MetroTech Commons) donde la institución cultural y local BAM organiza su serie de conciertos estivales abiertos a la ciudadanía.

Ante una audiencia de lo más variopinta (menores y veteranos ganaban en porcentaje) y un entorno donde árboles, mesas y sillas lo hacen más propio de un merendero campestre que de un lugar para conciertos, comparecieron dos formaciones muy diferentes.

Primero, el lado más divertido de la música de raíz americana lo facturaron NRBQ, una formación gestada en los finales de los 60 de la que sólo persiste su pianista (a quien los años le han dado un aire a lo Doc de "Regreso al futuro"), Terry Adams.

Quien busque letras complicadas o adornos exagerados no lo encontrará. La suyo es la historia de músicos curtidos en la carretera a los que el éxito mayoritario les ha sido esquivo. Pero desprenden un optimismo que resulta contagioso.

A continuación fue el turno de una solista que hace menos de un año actuaba en el también neoyorquino Jazz at Lincoln Center y que de nuevo hizo gala de poderío vocal y femenino. Es Shemekia Copeland, hija del solista y guitarrista de blues Johnny Copeland (a quien hay que agradecer que le inculcara el buen gusto musical para no acabar siendo cantante de hip hop, como ella misma bromeó).

Su presencia en el escenario es imponente y con seguridad se convertirá (si no lo es ya) en una de las grandes divas del blues del siglo XXI. Desde el arranque, se muestra como un torrente de sentimiento e interpretación bluesera.

Además sabe cómo tratar al público, ya sea contando anécdotas sobre las canciones ("vosotros podéis ir a Memphis, pero yo no vuelvo allí"), haciendo alegatos en favor de la belleza de todas las mujeres, resucitando el ritmo de los espirituales religiosos o encendiendo al personal con su momento a capella sin micrófono.


Por petición popular tuvo que volver para dejar un bis en el que la mayoría ya no pudieron permanecer por más tiempo sentados ante lo que se estaba desatando.



Tras bajarse del escenario no tuvo además reparos en departir y hacerse fotos con todo aquel que se lo pedía. 


En definitiva, no pudo ser mejor la primera toma de contacto con este ciclo de conciertos al que aún le quedan buenas matinales que ofrecer (por ejemplo la que estará a cargo de Aloe Blacc a primeros de agosto).

Soul of America

Para la tarde hubo que trasladarse de Brooklyn hasta Manhattan, donde tenía lugar la segunda y última jornada del Lowdown Hudson Blues FestivalLo suyo sería referirse a la propuesta cabaretera de He´s my brother She´s my sister (mención especial a su batería-bailarina de claqué) o a la melancolía y fragilidad de la canadiense Neko Case (conocida también por su contribución en The New Pornographers), cabeza de cartel de la noche aunque los matices de su concierto resultaron demasiado intimistas para los que no estaban cerca del escenario.

Pero al final quien eclipsó a todos fue una revelación que en 2011 vio por fin publicado su primer disco... ¡¡¡a la edad de 63 años!!! Este hombre es Charles Bradley y la historia de su vida personal es tan asombrosa y emotiva que ha quedado recogida en un documental.

Hasta subirse a los escenarios bajo su propio nombre artístico ha malvivido en las calles y metro de Nueva York, recurrido a trabajos tan dispares como cocinero o imitador de James Brown (quien es innegable le ha dejado una profunda huella en su forma de vestir y actuar) y visto la muerte de cerca al sufrir un ataque al corazón. 

Con un historial como el suyo lo que ahora vive le debe parecer un sueño, al que se entrega en alma y cuerpo cual nuevo profeta del soul y el blues. Aparece en escena tras un preludio instrumental y transmite de inmediato una sensación que ya no desaparecerá a lo largo de la actuación, algo muy parecido a lo que debieron sentir los que tuvieron la suerte de ver en vivo al "padrino del soul".

Gritos desgarrados, contorsionismos imposibles, juegos con el micrófono, bailes a lo robot, brazos que quieren echar a volar, sensualidad a flor de piel, cambio de uniforme para la segunda parte del show... todo ello forma parte del espectáculo. En cuanto a las canciones, destilan historias sobre el lado amargo de la vida. Alguna incluso con detalles autobiográficos de los duros años pasados en la (en teoría) tierra donde todo es posible. Además, una sorpresa en forma de versión: la preciosa "Heart of gold" de Neil Young. Y como apoyo, The Extraordinaires, una banda con sección de vientos y de estética y sonidos setenteros que ya por sí solos serían un valor seguro.

Para el colofón final, Bradley busca a su público y se funde en abrazos con todo aquel que se encuentra por medio (algo que parece sello de identidad).


Felicidad absoluta y amor universal. 

No llegamos a tiempo de ver a James Brown pero ahora tenemos a Charles Bradley.